Más de siete meses habían pasado para que Jungkook finalmente recogiera el valor para volver a ese lugar.

Bajo la mirada curiosa y sorprendida de varios vecinos, abrió la puerta de su viejo apartamento lentemente, en donde la suciedad reinaba, el olor a guardado se hacía presente en cada espacio y en donde había pasado los mejores años de su vida junto a Taehyung.

Recorrió el lugar despacio, dejando que todos los recuerdos volvieran a él, y dejándose llorar nuevamente.
cada rincón de ese apartamento contaba una historia diferente, algunos rincones historia llenas e alegría, otros historias sumamente tristes, y para Jungkook, podía ser considerado un museo.

Cogió uno de los portarretratos y limpió el polvo sobre el vidrio con su dedo, encontrándose debajo de aquella capa de polvo una fotografía de su persona y Taehyung. Dejó que una sonrisa se posara en sus labios a la vez que una lágrima impactaba sobre el vidrio. Dejó el portarretratos en su lugar y continuó con su recorrido lentamente, sintiendo profundamente todo lo que ese departamento tenía dentro; amor, tristeza, rabia, estrés, impotencia, felicidad.

Caminó hacia la habitación que compartía con su novio, escuchando el eco de sus pasos. Abrió la puerta y sonrió al entrar, recordando todo lo allí vivido. Revisó el closet, encontrando montones de bonitas faldas de colores y camisas pertenecientes a su difunto Taehyung, también con un poco de ropa de su propiedad. En el fondo de una de las gavetas encontró un papel y su pulso comenzó a acelerarse al reconocer la letra que estaba estampada en éste.

No sabía cuándo había sido escrito aquello, pero había sido hace mucho tiempo, y hasta ese momento fue que lo encontró.

'Jungkookie, te amo. Atte: tú sabes quién.'

El rubio dejó que sus rodillas impactaran en el suelo al darse cuenta de que ese papel era uno de tantas cartitas que Taehyung le dejaba en lugares random casi todos los días.

Lloró como no lo había hecho en meses, y no pensó que volver al apartamento fuera a ser tan difícil.

Al cabo de unos minutos se levantó del suelo y se sentó en la cama, buscando en la cinturilla de sus jeans lo que había traído con él.

Al encontrar lo que buscaba, sacó el arma que le pertenecía a su padre y lo dejó sobre su regazo, observándolo durante varios minutos, podría decirse que por casi una hora.

-Hey, Taehyung ha pasado un tiempo desde que te fuiste.- Comenzó a hablarle a la nada. -Y honestamente ya no puedo soportarlo. Espero que en éste momento estés escuchándome, porque voy a estar contigo pronto.- Cogió el arma entre sus dedos y la apoyó sobre su sien derecha. -No puedo decirte cómo es tener mil voces en la cabeza, diciéndote cosas todo el tiempo, pero eso tú lo sabes bien.- Posicionó su dedo sobre el gatillo y quitó el seguro. -Pero si hay una cosa que puedo decirte con propiedad, y es que preferiría eso mil veces que seguir viviendo sin ti.- Tragó saliva fuertemente. -Así que si quitarme la vida significa que en unos momentos podré verte, besarte y abrazarte otra vez, lo haré.- Y tiró del gatillo, haciendo que la bala saliera disparada del cañón, perforando su cráneo y desgarrando todo lo que se encontraba dentro de él, para luego dejar un perfecto orifico de salida y una gran torrente de sangre por todo el colchón.

Y así termina una historia en la cual las voces siempre obtuvieron lo que querían, porque aunque Jungkook hubiese estado con Taehyung en su último día de vida para "calmarlas", el final no sería distinto.

🍒Fin🍒

No saben el alivio que tengo de haber terminado esta adaptación después de 7 meses de presión hacia mi misma, pensando todos los días en que tenía que actualizar pero no sintiéndome con los ánimos de hacerlo.

Por si quieren pasarse a leer otras de mis adaptaciones hay algunas en mi perfil. ☺